El mercado ilegal de gasolinas y diésel en México representa un desafío significativo para la industria energética y la recaudación fiscal del país. Según un informe de la Asociación Mexicana de Estaciones de Servicios (Ampes), se han identificado múltiples puntos irregulares que operan como patios de autoconsumo, donde se distribuyen combustibles sin cumplir con las regulaciones establecidas. Este fenómeno no solo afecta la competitividad de las estaciones de servicio autorizadas, sino que también plantea riesgos para la seguridad industrial y el medio ambiente. La proliferación de estos mercados paralelos erosiona la base tributaria y limita los ingresos del gobierno, dificultando la implementación de políticas efectivas para la regulación del sector. Para los empresarios del sector gasolinero, abordar este problema implica una necesidad urgente de colaborar con las autoridades para fortalecer los mecanismos de control y vigilancia, así como impulsar campañas de concientización sobre los riesgos asociados al consumo de combustibles provenientes de fuentes ilegales.